Unas pequeñas historias donde han utilizado el recurso literario de la personificación y la moraleja.
LA
BASURA Y LA BASURA
En un patio en un
lejano patio donde no me acuerdo había mucha basura y siempre se
quedaba ahí. Una vez pusieron otra basura pero a los alumnos les
daba igual y una basura le preguntó a la otra:
-¿Por qué estás
aquí en el suelo?
Y una manzana
mordida dijo:
-¡¡¡Porque aquí
me han dejado!!!
-Pues haz que no te
dejen ahí.
-Tengo una idea-dijo
un papel de plata muy sabio -Bla, bla, bla (hablando idioma basuril)
Al día siguiente
hicieron una manifestación toda la basura del patio a los alumnos
tirándose contra ellos y...por fin aprendieron la lección y tiraron
toda la basura a donde iba: al contenedor de basura.
¡¡¡Y todos se
reciclaron!!!
Juan
Manuel
EL DIPPER Y EL TIPEX
Siempre los confundían los nombres al pobre dipper y al pobre tipex.
El tipex lloraba porque siempre le llamaban Dipper.
Sofía
Esto era un calcetín llamado Pepe Roto y no le gustaba entrar en
Balay, la lavadora. Entonces comenzó a oler mal y se quedó sin
amigos. Pepe Roto se sentía muy solo así que por fin se lavó y
entró en Balay.
Sofía
EL ESTUCHE Y EL LÁPIZ
Erase una vez un estuche que le gustaba estar limpio y no dejaba que
los lápices se metieran dentro de él. Un día un lápiz muy astuto
se quiso meter dentro.
Pero se negó: No, no, no, no.
-Pero si no me dejas no cumplirás tu trabajo-le dijo el lápiz.
Y así el estuche dejaba que los lapices se metieran.
Alejandra
EL SOL Y LA LUNA
Era la hora de que saliera la luna y se fuera el sol:
-¡Oye sol! ¿Te gustaría ir cambiando?-dijo la luna amablemente.
-¡Espérate! Que hoy estoy que ardo-respondió bruscamente.
-Todavía te queda mucho que aprender sol.
El sol fue cambiando para que saliera la luna. Fue reflexionando
sobre lo que le dijo la luna y al día siguiente comprendió lo que
le había dicho y cambió su actitud.
Gabriela
EL AGUA OLGAZANA
-¡Hola! -saludó una botella de agua a una maceta.
-¿Nos puedes dar un poco de agua?- le preguntó la planta.
-No, que me gasto-dijo la botella.
Al cabo de unos días…
La planta había muerto de sed, ya que el agua no se quería gastar.
-¡Qué mal me siento! -dijo la botella al ver la planta muerta.
El agua se estaba poniendo mala, ya que habían pasado ya varias
semanas con el agua a cambiar.
De repente apareció un humano, y fue a coger la botella para beber
agua, cuando la probó…
-Puaj, este agua está mala.
De repente tiraron la botella y dijo el hombre:
-¿Por qué no la habré rellenado antes?
En
cuanto el agua escuchó que se podía rellenar, se sintió mal,
porque gracias a ella habían muerto la familia de las plantas, y por
ser egoísta,
se va a morir podrida, ya que en su momento no lo quiso dar todo por
ella.
Marta